MIS CINCUENTA SOMBRAS.

Dicen que me hago querer y dejo huella, pero no es verdad.


No me gusta describirme, ni tener que hacer autorretratos en las asignaturas de dibujo.


Soy fácil de olvidar.



Marwan me salvó la vida.


Le suelo dar muchas vueltas a todo.


Soy agliofóbica. Y cobarde.


Toco el ukelele, la batería, el piano, la guitarra y canto. Pero me da vergüenza tener público.


Siempre me fijo en cómo come y mastica la gente. Odio que se hable con la boca llena o se hagan ruidos raros.


He tenido un amigo imaginario, pero no recuerdo su nombre.


Nunca me duermo pronto. Me tiro horas dando vueltas.


Así como a la gente le dan tanta pena los animales, yo tengo debilidad infinita por las personas mayores.


Soy sonámbula y soy capaz de mandar mensajes estando dormida.


De pequeña me gustaba uno de mis primos (de los lejanos).


En realidad (y literalmente) soy rubia, pero no me gusta mi pelo natural.


Si los ojos son el espejo del alma, la mía está ciega.


Me encanta la ropa transparente, el terciopelo y los flecos. Y prefiero llevar toda la espalda al aire a llevar mucho escote.


Té (o tequila) y regalices rojos y soy tuya.


Pienso que soy fea. Jodidamente fea.


Si tengo hijos, uno se llamará Kenzo. Y los demás cuanto más raros y menos comunes mejor.


Aspiro a demasiadas cosas. Nunca me rindo.


Mi vida siempre está por los suelos.


Prefiero los abrazos a los besos.


Cuando era más pequeña no quería crecer para que no dejaran de valerme mis disfraces.


Mi sonrisa no es la más bonita del mundo y aun así sonrío, creo que me queda bien.


Soy como las creepers, o me quieres con toda tu alma o me odias con todas tus ganas.


Mis planes de futuro más cercanos son entrar en la IED y mudarme a un piso enano por algún callejón del centro.


Siempre quise aprender lenguaje de signos.
Ahora sé lenguaje de signos.


Nunca me voy para siempre. Siempre vuelvo.


Soy adicta a los recuerdos.


Siempre he querido haber tenido un diario, pero cuando lo empezaba no era constante, siempre se me olvidaba.


Entre fotolog y mis blogs hay escrito un gran trozo de mi vida, pero, seguramente, nunca llegarás a entenderlo del todo (creo que ni yo lo hago).


Soy adicta a las papelerías. Y al olor de las cosas nuevas.


Si esto fuese Peter Pan; posiblemente yo sería el Capitán Garfio. Me come el tiempo.


Me gustaría haber conservado mi acento andaluz, pero en la primaria en Madrid me lo “corrigieron”.


Siempre salgo y hago mejores migas con gente más mayor que yo.


En mi iPod hay canciones de Disney y marchas de Semana Santa.


Mi infancia la marcaron Alejandro Sanz, Melody y Alaska.


Siempre voy con las uñas pintadas. Y soy adicta a los pintalabios (cuanto más oscuros mejor).


Posiblemente, nunca llegues a conocerme del todo. Si me dejo, eres jodidamente especial.


Soy adicta a las BSO de películas.


Si Disney Channel siguiera siendo lo que era, yo todavía lo vería.


Tengo manos de adulto.


Antes solía escribir historias que nunca tenían final. Cuando las releo me da un poco de autovergüenza (¿eso existe?)...


Mi primer beso fue en el capó de un coche.


Creo que nunca he estado enamorada. Quizás si he tenido caprichos que han durado años, pero si estar enamorado es querer dejarlo todo por alguien, nunca querría repetirlo.


Mi primer botellón fue con vino de cocinar.


He estado en muchos países, muy distintos entre ellos: Canadá, EE.UU, Portugal, Reino Unido, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Países Bajos...


Me encantan las faldas, las medias de colores, las pajaritas y las barras de labios (cuanto más oscuros mejor).


A salida siempre gano yo. Y no me importa :)


Preciados me dedicó una canción.


Siempre he querido tener un cerdo vietnamita.


Podría llegar a las 100 chorradas sobre mí, pero si alguien ha llegado hasta aquí... o ya las sabe, o me las preguntará.

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